lunes, 30 de julio de 2012

Era un parque, o un bosque, o un desierto. Estaba vacío, o estaba lleno. Había humo, y claridad. Muchas caras conocidas, ninguna que te resultara familiar. Eran figuras de humo. Era un sótano. Así que bajé, o subí. Y me ví, con aquel soñador que me rescató entre la Niebla. Saludé al caprichoso Destino. Me dio la mano la Noche Estrellada. Algo desubicada, le pregunté al conductor del Tranvía, que estaba tomando algo con mi compañero de viaje a las Mejores Memorias. y Así fue, me crucé con aquella mirada del pabellón. Una mente Agitata conmovió mi alma, y me recordó que a veces pensar es Inútil. ¿Quién soy, de donde vengo, y adónde voy? Me inquietaba. Entonces Cuerpo Triste me sonrió, y me señaló a la amada Carmen. Entonces comprendí, donde estaba, qué buscaba y dónde lo podía encontrar. Estaba en mi mente, me había vuelto reversible. Me subí a la casa del árbol y Acampé justo Donde todo empieza. Allí podré hablar con quien quiera, cuando quiera, y decirle lo que me apetezca. El sitio más cómodo del universo, mi hogar. Mi inmensa e infinita mente, que nunca me deja desnuda. La que nunca permite que pase frio, o hambre. La que cuando echo en falta a alguien, me lo trae a menos de un centímetro de distancia para que pueda sentirle más cerca que nunca. Gracias, por no tener Límite.

No hay comentarios:

Publicar un comentario