Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Una imagen se interpreta según se percibe. Pero las palabras, depende de cómo las escribas; pueden decir cosas maravillosas perceptibles para todo el que las lee. Cuando las palabras no saben nacer de mis cuerdas vocales, éstas viajan hasta mis dedos, que poseídos por el placer de la escritura plasman en un papel o en un blog de internet lo que ansioso por salir tengo dentro de mí. Espero que mis palabras lleguen a quienes sepan apreciarlas.
lunes, 30 de julio de 2012
Era un parque, o un bosque, o un desierto.
Estaba vacío, o estaba lleno.
Había humo, y claridad.
Muchas caras conocidas, ninguna que te resultara familiar.
Eran figuras de humo.
Era un sótano.
Así que bajé, o subí.
Y me ví, con aquel soñador que me rescató entre la Niebla.
Saludé al caprichoso Destino. Me dio la mano la Noche Estrellada.
Algo desubicada, le pregunté al conductor del Tranvía, que estaba tomando algo con mi compañero de viaje a las Mejores Memorias.
y Así fue, me crucé con aquella mirada del pabellón.
Una mente Agitata conmovió mi alma, y me recordó que a veces pensar es Inútil.
¿Quién soy, de donde vengo, y adónde voy? Me inquietaba.
Entonces Cuerpo Triste me sonrió, y me señaló a la amada Carmen.
Entonces comprendí, donde estaba, qué buscaba y dónde lo podía encontrar.
Estaba en mi mente, me había vuelto reversible.
Me subí a la casa del árbol y Acampé justo Donde todo empieza.
Allí podré hablar con quien quiera, cuando quiera, y decirle lo que me apetezca.
El sitio más cómodo del universo, mi hogar. Mi inmensa e infinita mente, que nunca me deja desnuda. La que nunca permite que pase frio, o hambre.
La que cuando echo en falta a alguien, me lo trae a menos de un centímetro de distancia para que pueda sentirle más cerca que nunca.
Gracias, por no tener Límite.
lunes, 9 de julio de 2012
El límite.
¿Dónde está el límite?
¿Cuando hay que dejar de remar al comprender un destino inalcanzable?
Nadie nos lo dijo nunca.
Nos enseñaron a limpiarnos con la servilleta antes y después de beber agua durante las comidas, o a taparnos la boca al bostezar.
Pero ¿qué hay de esas dudas internas que se nos plantean en el momento más inesperado?
El otro día, como en otras muchas ocasiones me encontraba muy dentro de mí, montada en el autobús, consultándome cosas e imaginando paralelas alternativas.
No recuerdo qué canción sonaba en mis cascos, pero sí sé que era una de esas que te pinchan de una manera profunda, ablandándote el lagrimal.
Tenía un cúmulo de cosas en mi mente, dando vueltas y sacudiéndome como si no tuvieran nada mejor que hacer. Al tener práctica en esto de las batidoras mentales, apoyo gran parte de mi carga en alguien en quien suelo pensar para sentirme mejor, y no tan sola. Y al hablarle sin decir nada, me preguntaba lo siguiente; ¿hasta qué punto he de castigarme por cosas de las que sé que no tengo culpa? ¿Por qué me tengo que preocupar de asuntos que no están en mi mano? ¿Por qué hay que tener ese sentimiento de remordimiento constante, como si fuese una penitencia?
Y me di cuenta, sin que nadie me contestase, de que el límite está en mí. Quiero decir, en ti. Quiero decir, cada uno.
No podemos evitar que nos pasen cosas. Es decir, nuestras vidas están llenas de gente que interviene en ellas, y cada una de esas personas actúa como un individuo diferente, afectándote de una manera u otra.
Con ésto quiero llegar a que no todas las decisiones que se toman en tu vida dependen de ti. Ahora, eres tú el que decide qué importancia darles.
Personalmente, tampoco veo justo hacer desprecio a nadie. Simplemente, si alguien decide no apreciarte a ti o ponértelo difícil para que tú lo hagas... Comprende que el problema no lo tienes tú. Y por ello, no debes castigarte.
Tú eres grandioso como eres.
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sábado, 16 de junio de 2012
Mujer
Qué linda eres.
Qué bonita te ves.
Qué sonrisa tan dulce tienes.
Qué mirada tan valiente.
Qué manos tan fuertes y sinceras.
Qué nariz tan perfecta para oler el aire.
Qué vientre, tan bello para albergar vida.
Qué piernas, tan ansiosas por caminar.
Qué pies, tan impacientes por hacer suyo el suelo.
Qué linda, pero ♀ué linda eres, mujer.
martes, 24 de abril de 2012
Donde todo empieza.
Sentado, soñando dentro de sí mismo, empuñaba la guitarra, como si de un arma inofensiva se tratara.
La cogía con fuerza, de una manera firme, y al mismo tiempo con una delicadeza similar a la de una mano que guarda un gorrión herido.
Él a cuerda pinzada, las primeras notas.
Ella, con ganas de escuchar la nota que viene después.
Traste arriba, traste abajo, desnuda a la guitarra.
Ella, se adentra en la música, le tiemblan los pies.
Él, alargando las notas, se convierte en música.
Ella, con la mirada perdida, serpiente encantada.
Allegro, él se concentra en no fallar un acorde.
Ella, comprende y pronto sonríe, embobada.
Él a cuerda frotada, sonriendo con ritmo.
Ella, siguiendo sus manos con la mirada.
La canción acaba, las notas se apagan.
Ella, serpiente embobada... Enamorada.
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lunes, 16 de abril de 2012
¿Acampamos?
Naces de una semilla, pequeña, insignificante, frágil, fácilmente perdible. Pero naces.
Y ahí empieza el proceso. Desde el suelo, no sabes cuán alto vas a llegar, ni lo cerca que vas a estar del cielo.
Un libro en blanco se abre ante tí, ofreciéndote una suave pluma con la que escribir tus pasos.
Vives en un ecosistema hecho a tí, amoldado a tus raíces. Puedes alimentarte de lo que se te ofrece, y enriquecerte con nutrientes que intervienen en tu vida día tras día.
Un tallo inocente y feliz, algo endeble, pero con ilusión por alcanzar algún día las nubes.
Tus sueños afloran de cada gota de savia que corre por tus venas. Y crees en ello.
Pasan los años y duele, es complicado; pero sin darte cuenta tu tallo se convierte en un tronco que cada vez será más duro. Ya no recuerdas lo maleable que podías llegar a ser. Tu corteza está creciendo en ti, y tus sueños cada vez quedan atrapados en una parte oculta de tí. Cada vez más adentro.
A lo ancho y a lo largo, hacia arriba y hacia abajo.
Es curioso, incluso irónico. Cuanto más cerca estás del cielo más tienes los pies en la tierra, como si estuviesen atados a ella.
Soñar sigue estando al alcance de un pensamiento, y tan lejos como real es la realidad.
Llueve, nieva, graniza, y tu tronco lo para todo. Se daña, envejece, se estropea, pero hace su función.
¿Y el tallo? Pues en el interior, ajeno a las lluvias y a la erosión, cohibido y ansioso. Olvidado.
Piensas en plantarte, en detener ese viaje hacia lo más alto. Te cansas.
Te propongo, acampar. Acampar en mitad de tu crecimiento. Pedir a los anillos de tu tronco que pongan la pausa a su tiempo. Construyamos una casa alrededor de tu árbol. Y descansa.
Mira hacia abajo, siéntete orgulloso del camino recorrido hasta ahora, y mira lo alto que has llegado ya. Ahora, mira hacia arriba, y no veas lo que queda por subir, sino quédate con lo alto que puedes llegar.
Márcate un "imposible" por meta, pero ten siempre un camino, una dirección. ¿Inventada? Me parece bien, pero nunca, nunca dejes de soñar.
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